Tarta Selva Negra fácil

¡Hola!

Esta semana me he propuesto hacer una tarta tan tradicional y famosa como la anterior pero con una historia muy diferente. Su nombre -para mí impronunciable- tiene un origen curioso: es un pastel que homenajea unas montañas del sur de Alemania. No hay acuerdo aparente sobre quién le puso el nombre de Selva Negra (cuando uno piensa en la selva piensa en otros climas ¿verdad?) pero sí está claro que fue por lo oscuros que son sus senderos y caminos a causa de lo frondoso del bosque.



Chocolate por las montañas, nata por la nieve y cerezas… ¡De la tierra! Que no solo el Valle del Jerte tiene cerezas.

Para esta elaboración he usado una receta de bizcocho que se conoce como plancha que es muy probable que use más adelante. Es muy sencillo, rápido de hacer y se puede congelar divinamente para usar más adelante. También cerezas en almíbar (pero no las marrasquino que son teñidas) y nata para montar. Un poco de chocolate hecho virutas, azúcar glas, almíbar con kirsch para calar el bizcocho ¡y andando! ¿Ves como es fácil? Vamos con la receta.

Bizcocho de chocolate, plancha

Cantidad: 2 planchas de las que recortar 3 discos de 22 cm.

Ingredientes:

250 gramos de azúcar blanquilla
190 gramos de harina de trigo
40 gramos de cacao amargo en polvo
7 huevos L (400 gramos aproximadamente) u 8 si son M

Elaboración:

1. Tener lista la mise en place: pesar los ingredientes, tamizar; manga pastelera, lengua de goma, batidora eléctrica con varillas, papel de horno, bandeja de horno, rejilla.
2. Precalentar el horno a 220ºC con calor arriba y abajo sin ventilación.
3. En el cuenco de la batidora mezclar los huevos y el azúcar y batir primero a velocidad baja y luego al máximo durante varios minutos hasta conseguir que multipliquen su volumen por cuatro.
4. Agregar al batido de huevos la harina y el cacao tamizados -y mezclados- poco a poco en forma de lluvia. Ir mezclando con suavidad con ayuda de una lengua de goma con movimientos envolventes llegando hasta el fondo del cuenco. Mezclar sin miedo, sin perder demasiado tiempo pero con delicadeza. (Todo esto es para que el aire obtenido en el batido no se pierda; el bizcocho deberá ser ligero y aireado)
5. Pasar la mezcla (no toda, es demasiada) a una manga pastelera desechable sin boquilla y cortar la punta; con obtener un ancho de 1 cm es más que suficiente.
6. Escudillar -en diagonal, de esquina a esquina- el batido del bizcocho sobre la bandeja de horno preparada con papel y procurando ejercer todo el tiempo la misma presión a la manga para obtener un grosor similar en toda la plancha.
7. Hornear durante 10 o 12 minutos, dependiendo del horno. La prueba para saber que está cocido es tocar. Si el bizcocho se hunde, no está cocido. Si recibe la presión y vuelve a su posición original es que está terminado.
8. Pasar a una rejilla. En el caso de que esté "pegado" a los costados de la bandeja, repasar con una puntilla para separarlo de la bandeja y así poderlo pasar a una rejilla. Enfriar totalmente. No quitar el papel hasta que se vaya a usar.
9. Repetir la operación con el resto del batido y así obtener una segunda plancha de bizcocho.

Almíbar de kirsch

Ingredientes:

90 gramos de agua (embotellada preferiblemente)
50 gramos de azúcar blanquilla
25 gramos de kirsch

Elaboración:

1. Tener lista la mise en place: pesar los ingredientes; un cazo de acero inoxidable, un recipiente de cristal o porcelana.
2. Hervir a fuego fuerte el agua y el azúcar (sin necesidad de remover) y apartar del fuego en cuanto el azúcar se disuelva.
3. Pasar a un recipiente o cuenco resistente al calor y una vez se haya templado agregar el licor de cerezas.
4. Listo para usar y/o conservar durante semanas en la nevera.

Nata montada

Ingredientes:

1 litro de nata para montar (35% mg)
100 gramos de azúcar blanquilla

Elaboración:

1. Tener lista la mise en place: pesar los ingredientes, manga pastelera, boquilla lisa redonda, lengua de goma, batidora de varillas eléctrica o manual (olé tú si te animas a montarla a mano) y cuenco de acero o cristal.
2. Mezclar los dos ingredientes y en un primer momento batir a velocidad baja (para no salpicar y no introducir demasiado aire ni de forma irregular) y después a velocidad media-alta.
3. Vigilar constantemente y dejar de batir en el momento en que la nata mantenga picos pequeños y se dibujen en ella las formas de la varilla.
4. Pasar a una manga pastelera preparada con boquilla y mantener refrigerada hasta su uso.

Montaje de la tarta

Lo más importante es tener todo a mano y tener cierta paciencia. Una vez el bizcocho y el almíbar están fríos, la nata está montada y las cerezas listas para su uso (un bote entero de 680 gramos) podemos montar nuestra tarta.

1. Con ayuda de un molde, plato, disco… Cortar los bizcochos con ayuda de una puntilla. Los míos son de 22 cm pero puede ser un poco más pequeña o más grande (no demasiado, faltaría nata, cerezas…) De cada plancha, sale un disco y medio. Sí, sí. UNO-Y-MEDIO. Eso significa que hay que hacer un poco de magia y usar dos mitades para formar el disco que irá en el centro. (Los bizcochos a partir de recortes, es mejor usarlos en el medio de las tartas).
2. Dar la vuelta al bizcocho (que aún está con el papel) y separar del papel como si fuera una pegatina. ¡Así no se rompe! Disponer en la bandeja o plato elegido y colocarlo siempre boca arriba. Es decir: la parte que estaba pegada al papel irá apoyada en el plato. Así evitamos que al servir la tarta, se nos pegue al plato y se rompa.
3. Calar: empapar generosamente de almíbar con ayuda de una brocha.
4. En el centro del bizcocho comenzar con una cereza. A su alrededor, un círculo de nata. Alrededor de este, otro círculo de cerezas (un poco espaciadas mejor que mejor, si las juntas mucho el frasco no te llegará al final…) y así consecutivamente hasta el borde. Lo ideal es acabar con nata.
5. Disponer el bizcocho a partir de dos recortes y calar como el anterior. Esta vez comenzamos con un punto de nata y seguidamente, cerezas. Repetir el proceso -pacientemente- hasta el borde. El objetivo de esta tarea laboriosa es ver cómo se alternan la nata y las cerezas cuando cortemos la tarta. ¿Te sobraron cerezas? ¡Ponlas todas! ¿Faltaron? Pues disimula con nata ;)
6. Colocar el tercer y último bizcocho. Calar y cubrir con el resto de la nata. Ya no hace falta la manga pastelera, puedes prescindir de ella. Es el momento de usar una espátula o incluso un cuchillo de untar (sin sierra o marcas que dejen rastro en la nata) Primero cubrimos los costados y luego la parte superior procurando amontonar la nata hacia el centro, como si fuera una montaña.
7. Con ayuda de un pelador de verduras hacer pequeñas virutas de chocolate negro o con leche, ¡el que te guste! sobre la tarta y dejar que caigan por todas partes. Cuantas más… ¡Mejor! Espolvorear con azúcar glas y si quieres darle el toque final (que yo no le di por despiste) coloca una -o unas pocas- cerezas frescas, lavadas y secas en el centro de la tarta. También puedes hacer rosetones en el borde de la tarta con ayuda de una manga con boquilla rizada y colocar sobre éstos las cerezas.


Como ves, no tengo foto del corte de la tarta. La llevé fuera de casa y olvidé no sólo la cámara sino hasta el móvil. Sabotaje fotográfico. Pero pongo la mano en el fuego porque es preciosa y oirás unos cuantos: "ohhh…" "aahhh…" ¡Jaja! Ya verás. Buen provecho.

No olvides que si tienes alguna duda, en los comentarios podemos resolverlas juntos.

Ana

4 comentarios:

  1. Esta receta me la dejo para una tarde lluviosa de otoño. Con un buen café, sin prisas, y preferiblemente sola en casa.
    Gracias, perfectamente explicado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De nada. Gracias a ti por parar por aquí. Me alegro de haber conseguido lo que me proponía: dar explicaciones claras (aunque a veces me ponga pesada). ¡Vuelve siempre que quieras!

      Eliminar

¡Gracias por tu comentario! Los leo todos.

Blogging tips
Blogging tips